sábado, 29 de marzo de 2008

Para entender las retenciones

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Retenciones móviles e inflación
Una medida que llegó para quedarse
Por Fabián Amico

Las variaciones en el valor del dólar determinan el precio en el mercado interno de los productos exportables (agropecuarios). O lo que es similar: si el valor del dólar está fijo (como hoy, que se sitúa en torno a 3 pesos) y los precios internacionales de los productos exportables aumentan, entonces ese aumento se traslada al mercado interno.

Veamos esto con el ejemplo de la carne. Más o menos el 20 por ciento de la producción se exporta y el resto se destina al mercado interno. Supongamos que hay un aumento del precio internacional de la carne mientras el dólar permanece fijo (3 pesos). Sería el caso en que un kilo de lomo, que ayer valía 10 dólares en el mercado internacional, pasa a costar 12,5 dólares. Por cada kilo exportado el exportador pasó de obtener 30 pesos a percibir 37,5 pesos.
Como gana más vendiendo la misma cantidad, y como Argentina no puede incidir en el precio internacional (su nivel de producción en el mercado mundial es muy pequeño), ese exportador va al mercado de Liniers y demanda más vacas, haciendo que su precio suba frente a un stock dado de vacunos. Pero el mercado de hacienda es el mismo para todos los que participan en él y no hay modo de separar las vacas que demanda el exportador de las que demanda Coto o la carnicería del barrio, que son destinadas al consumo interno y no tienen nada que ver con la exportación. De modo tal que si hay más demanda y el precio sube, esta alza se produce para todas las vacas: las de exportación y las que van al mercado interno.

Así, el aumento del tipo de cambio (el dólar) o el alza del precio internacional con tipo de cambio fijo determinan el alza del precio de todos aquellos productos que cuentan con mercado de exportación, aunque la producción en su mayoría se consuma en el mercado interno. La venta en el mercado interno no se realiza a un precio menor a la que se podría obtener exportando la producción. Un aumento del precio en dólares de la carne (sea por devaluación de la moneda o por aumento del precio mundial, o por ambos) sube el precio en pesos que reciben los exportadores y más o menos automáticamente sube el precio en el mercado local. A esto se le llama “efecto de arrastre”.

Este “efecto de arrastre” varía en importancia según el peso que tenga el producto exportable en el consumo interno. Si el producto exportable es la soja (que aquí no se consume) el “efecto arrastre” es débil o casi nulo. Pero Argentina exporta carne, cereales y productos frescos y el aumento persistente del precio internacional de estos bienes conduce a fuertes alzas de precios en el mercado interno mediante el mecanismo descrito antes. Como esos bienes integran la canasta de consumo de los asalariados, el alza de su precio determina automáticamente una baja del salario real y un menor nivel de demanda interna. Luego, este “efecto de arrastre” agudiza la puja distributiva y potencia la inflación originalmente disparada por el alza del precio de los alimentos. En suma, ese “efecto de arrastre” significa una transferencia de ingresos desde los asalariados y toda la sociedad hacia el sector productor de los exportables (agropecuarios).

Veamos de cerca cómo está formado el precio de los bienes exportables (en este caso agropecuarios). Dicho precio se forma mediante la suma de un costo de producción y una ganancia “normal” sobre ese costo: costo + ganancia “normal”= precio interno “normal”. El inédito aumento del precio internacional de los alimentos con costos medidos en pesos devaluados (transportes, combustibles, salarios, etc.), le brindaron al sector agropecuario en su conjunto un nivel de ingreso muy por encima de ese precio “normal”. A esa diferencia entre el precio internacional y el precio “normal” (que ya incluye una ganancia), se le llama “renta”. La renta es una ganancia extraordinaria derivada del monopolio sobre un recurso natural (en este caso, la tierra).

Nota de autor: "Ganancia normal" es la ganancia promedio de los productores a nivel mundial. Por ejemplo, los productores brasileños, que no sufren retenciones, trabajan con un dólar a $1,60; similar a lo que le queda a un productor local luego de tributar las retenciones actuales. La diferencia que debe resolver el gobierno está en el valor dólar en que deben comprar los insumos especialmenbte los productores pequeños, hoy a un dólar de $3,15. El desafío es buscar los mecanismos para que ese productor chico o mediano pague también sus insumos en forma real a un dólar de $1,60 tal como vende su producción.

Según los investigadores Javier Rodríguez y Nicolás Arceo de la Universidad de Buenos Aires, la renta apropiada por el sector agropecuario se multiplicó por cinco medida en pesos desde la devaluación: era de 72 pesos por hectárea en la convertibilidad y en 2004 rondaba los 370 pesos. En la década de la convertibilidad, el sector obtuvo ingresos por 5200 millones de dólares anuales promedio, de los cuales 1000 millones fueron renta anual promedio. Entre 2002 y 2004, en cambio, los ingresos totales promedio fueron 7850 millones de dólares por año, de los cuales 3000 millones de dólares promedio por año fueron de renta. O sea, la renta se triplicó en dólares.

En este marco, la aplicación de retenciones a las exportaciones (que en la práctica
Constituye un impuesto a la renta de recursos naturales), se volvió una opción forzosa. Por otro lado, los elevados precios internacionales han permitido un aumento inédito de la rentabilidad en el sector agropecuario, aun con la aplicación de retenciones. En 2007 se ubicó un 72 por ciento por encima de la registrada durante la vigencia del plan de convertibilidad (ver cuadro).

Margen de ganancia
(Pesos constantes de 2007 por hectárea)
Años------------------Soja------ Principales 4 cultivos pampeanos
1991-2001------------ 618---------------- 436
2002------------------ 905 ----------------612
2003----------------- 1124---------------- 801
2004----------------- 1363---------------- 953
2005------------------ 819---------------- 461
2006------------------ 788---------------- 551
2007------------------ 846---------------- 750
2008*---------------- 1643--------------- 1302
2008**--------------- 1223--------------- 1038

* Anteriores retenciones
** Nuevas retenciones
Fuente: Rodríguez y Arceo

Estos altos niveles de rentabilidad del agro se han traducido en un extraordinario incremento en el valor de la tierra, especialmente en la región pampeana, donde el precio en dólares de la tierra ha llegado a ubicarse un 171 por ciento por encima de los valores del quinquenio 1995-1999. Y a comienzos de 2008, los precios continúan evidenciando una tendencia alcista.

Después de 2004 los costos internos aumentaron levemente, pero nunca para amenazar los impresionantes niveles de rentabilidad. Como dice el investigador Osvaldo Barsky, “los precios de los granos en el último trienio han aumentado a razón de 80 a 120 por ciento por año. Contra semejante suba no hay costo interno que haya crecido en esa proporción ni nada parecido”. Algo similar corroboran Rodríguez y Arceo: “Con respecto al valor promedio que registraron en 2006 y 2007, en la actualidad se observa un aumento del 86,9 por ciento en el caso del girasol, de un 75,7 por ciento en la soja y de un 59,2 y 43,4 por ciento en el caso del maíz y del trigo, respectivamente. El precio internacional de estos productos en dólares constantes es el más alto de los últimos 25 años, con la única excepción del maíz, que registró cifras similares en 1996”.

Ante este escenario de inflación creciente (especialmente en los alimentos) el gobierno optó por subir las retenciones (impuestos) a las exportaciones de alimentos, ahora con carácter “móvil”. ¿Qué significa esto? El gobierno aplicó un impuesto a las exportaciones agropecuarias que “poda” el ingreso de los exportadores y los deja con un precio efectivo similar al que tenían en diciembre de 2007 (una rentabilidad de 1223 pesos por hectárea para la soja y 1038 en promedio para otros cultivos como dice el cuadro). A partir de ahora, si el precio internacional de la carne sube más allá de cierta magnitud, ese impuesto subirá acompañando tal suba hasta capturar la diferencia de ingresos originada por el aumento, de modo que el exportador (y todo el sector agropecuario) siguen ganando lo mismo. De igual modo, les asegura un “piso” a los exportadores ya que si el precio mundial cae, el impuesto se hace menor.

Dicho impuesto (retenciones) poda parte de la renta sin afectar la ganancia “normal”. Así, al no haber suba del ingreso de los exportadores en pesos, no habría “efecto de arrastre”. Por ende el precio de la carne en el mercado interno debería reducirse y la inflación podría finalmente desacelerarse. En suma, lo que hacen las retenciones es diferenciar los precios internos respecto de los vigentes en el mercado internacional.

Además, la aplicación de las retenciones se hace de manera diferencial, cargando menos sobre los cereales y más sobre la soja, insinuando una estrategia de desaliento de la “sojización”. El aumento de las retenciones a la producción sojera mejora la rentabilidad relativa de otros cultivos, así como de la producción ganadera. En esta actividad, la mejora podría permitir la expansión ganadera en terrenos antes dedicados a la producción agrícola.

Por supuesto, esto no es la solución final para el problema de la inflación y para el desarrollo agropecuario. Pero debe asumirse que en el contexto actual el recurso a la herramienta de las retenciones es casi forzoso. Como advierte Barsky, “lo que la gente de campo debe entender es que con las retenciones no hay marcha atrás. Ningún político, ni Macri, va a salir de este esquema, salvo que sea un suicida. Si los productores agropecuarios no entienden esta cuestión no pueden discutir nada.
Las retenciones son una condición necesaria del bienestar general, incluidos ellos”.

A partir de aquí queda pendiente un debate acerca de qué se hace con esos fondos adicionales que ingresan a las arcas fiscales. Ciertamente, el aumento de las retenciones podría afectar la rentabilidad de algunas pequeñas explotaciones.
La situación especial de los pequeños y medianos productores debe atenderse con políticas específicas basadas en el esquema general de retenciones, y no en su supresión.

Muchos pequeños productores tienen dificultades en la provisión de semillas y fertilizantes, y mantienen una relación desventajosa con el comercializador y el exportador. Deben existir a tal efecto estrategias específicas. Pero tal apoyo no puede basarse en la supresión de las retenciones que conducen a incrementos de renta y transferencias de los bolsillos de los asalariados hacia el campo en forma indiscriminada. Sería como pretender ayudar a las Pymes industriales aumentando el precio de todos los productos industriales que pagan los asalariados.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Gandulfo:

Lamento decirle que no llegué a leer mas que las primeras lineas de la nota que reproduce en su blog.

Creo que se debe ser crítico de la información que se pone a circular, es una suerte que haya llegado hasta el primer planteo de esta persona que escribe y hasta la primer gran mentira que plantea.

Como puede alguien decir que el precio de la carne es fijado internacionalmente?? nooo, animalll!!! el precio de la soja si es fijado internacionalmente, como tambien lo es el precio de la carne que se exporta, pero la de consumo interno se fija en ARGENTINA.

Las vacas no se venden como un todo porque NO son todas iguales, la demanda interna es de carne de novillitos, de cortes de ternera, de carne tierna, lejos está el mercado interno de gustarle los cortes que se exportan, los de "vacas gordas" para que entienda mejor doña rosa.

El precio de la carne que consumimos no lo fija liniers, ni el pequeño productor al que le pagan la magra suma de $3 el kilo (despues de esperar 2, 3 y hasta 4 años para poder vender el animal) el precio lo fijan las cadenas de supermercados, los frigorificos (pregunten a samid de donde saca su plata) y despues el corte en la carniceria nos termina costando $16 y hasta $20.

Agradezcamos que a los hipermercados y a los grandes frigorificos el gobierno nacional los subsidia, asi mantienen mediante "arreglos" el valor de la carne.

Disculpe Gandulfo la falta de respeto de no terminar de leer la nota, pero creo que si una nota arranca de esa manera, es como un discurso que arranca diciendo que leyó a Sócrates o que se recauda con el iva del pan (el cual está exento)

Esperemos que no se le mienta mas a la gente, como mínimo y luego que nos dejen de robar.....

Gracias

Rubén Darío Gandulfo dijo...

Lamento que no haya leído todo el artículo. Hubiera podido dar su opinión sobre otros aspectos del mismo. El debate de ideas es lo único que nos hará crecer. Muchas gracias por participar.

Anónimo dijo...

Gandulfo, anónimo no es que no leyó todo... sólo encontró una frase discutible -ojo, discutible, no como dice él, una mentira- y se plantó allí. Otros párrafos del artículo son bien categóricos sobre lo que ganan en el campo. Lo que pasa es que cuando tienen que poner a sus empleados en blanco o darles más aumento, miran para otro lado y cuando les tocan un peso, enseguida van en busca del apoyo de los mismos a los que les estuvieron robando. Y más, ¿alguna vez, los chacareros pararon para apoyar a los maestros o las enfermeras? Siempre miran para otro lado. ¿Y ahora quieren e apoyo de todos? No vi ningún productor en las marchas y movilizaciones docentes que cobran salarios de hambre para educar a sus hijos y si mal no viene, cuando hacen dedo en la ruta (las maetras) las 4x4 pasan de largo.
¡Estoy envenenada con tanta hipocresía!

Anónimo dijo...

Sr. Gandulfo, al leer alguno de los comentarios por un momento entré en reflexion y seguí mi lectura donde la había dejado, pensé que sería bueno leer todo el artículo, pero para mi sorpresa, otro párrafo y nuevamente la mentira

Seguí mi lectura en donde la había dejado, tratando de entender que era para el autor el "efecto arrastre" que según el mismo se da por los precios internacionales y que los productores son en medida responsables de la inflación.

Sr. Gandulfo:
En la soja no se da esta característica porque no hay consumo interno (ya el autor lo admite)
El pan aumenta, sin embargo el productor en el mercado interno recibe una compensacion por parte del estado para que reciba el valor de precio internacional (por tanto el valor del trigo no influye)
El valor del ganado en pie se mantiene y el de la leche que entregan los tamberos también, aunque los productos siguen un desenfrenado aumento....

Se quiere "combatir la sojizacion" con una medida tomada después de la siembra (que lo mande a delía a sacar las plantas y cambiarlas por otras, o lo que es peor, seguramente ignorando el proceso, ya lo ha hecho)
Se le impone a la soja la misma retencion que al maiz (osea que es desmaizacion también?)

Pero mas allá de las idas y vueltas y mentiras mas, mentiras menos, según la constitución nacional, ninguna persona debe pagar en sumatoria de impuestos mas del 33% de lo que produce

O hay una constitucion para leer en la ciudad u otra para leer a "los chacareros" o estas medidas tomadas por un gobierno constitucional y defensor (al menos en los medios) de la constitucion, es lisa y llanamente anti-constitucional.

Será que el "chacarero" no tiene demasiados conocimientos legales, que si lo tienen las petroleras, las empresas del pescado y las mineras, las cuales no sufren retencion en sus producciones?

Será que la constitucion se defiende siempre, a menos que hablemos de dinero?

Y a la señora anónima, como yo, tiene razón, quizás el campo no protestó por ejemplo junto con los maestros, quizás lo hizo levemente como el conjunto de la sociedad, interiorizándose un poco, pero no mas allá de eso, forma parte de la idiosincracia argentina, el protestar cuando nos tocan y las personas "del campo" no escapan a esta realidad.

Lo bueno es que a partir de esto surgen muchas nuevas cuestiones:

Por que es un delito tirar la fruta o la leche en mitad de un paro, y cuando se debe tirar en el tambo o el campo porque no dan los costos para transportar el producto gracias a todas estas medidas del gobierno las cámaras miran hacia otro lado?

A donde va el dinero de las retenciones? y si conforma un porcentaje tan pequeño del presupuesto nacional, por qué el gobierno pelea tanto por mantenerlas altas?

Por qué si en el discurso de la presidenta el país está mejor que nunca, al día de hoy pagamos el impuesto al cheque, que era para paliar una situacion de coyuntura en plena crisis?

Por qué Fernández dijo que los productores están en su mejor momento y que ninguno tenía deudas, y a los 3 días propone dar "facilidades" a los productores que tienen deuda con el banco nacion? habrá hecho endeudar a algun amigote para luego proponer eso o nos habrá mentido en ambas?

Por qué en un discurso oficial la presidenta nos miente diciendo que el mayor ingreso viene con el IVA, que pagamos todos comprando el pan (producto exento de iva)? está mal informada? tiene una doble intencionalidad? mentirá siempre que habla en público?

Por qué habla siempre tras un atril y los medios jamás le hacen preguntas? sabrá responder?

A partir de hoy nos resta solamente informarnos bien cada vez que alguien protesta por sus derechos, porque no se puede creer ni en la palabra de un presidente

Saludos y buen fin de semana de descanso, no para quienes trabajamos, sino para los que, dando la espalda a los problemas del país y de la manera mas irresponsable y cobarde, deciden tomarse el religioso fin de semana de descanso y retomar las negociaciones el día lunes, ya mas despejados.