sábado, 13 de julio de 2019

dESPERTar por inESPERTos, un intento con muchos obstáculos


La osadía de jugar a todo o nada puede llegar hasta dejar a Espert fuera de la elección presidencial e impedir hasta poder explicitar su proyecto liberal

En política, es archisabido que la experiencia tiene un valor superlativo cuando llega el momento de jugar a la mancha con los halcones peregrinos.

Nadie duda de  la enorme profesionalidad de José Luis Espert, de sus ya muy conocidas explicaciones sobre por qué nos va como nos va a los argentinos y las múltiples recetas que ha explicado hasta el cansancio  como  estrategias para salir definitivamente de nuestras eternas y recurrentes crisis.  Tanto lo ha explicitado  como sembrando en el desierto que ha decidido lanzarse a la arena política con el proyecto de tratar de,  ya que nadie lo quiere escuchar,  que lo escuche el electorado.  Nadie pone en práctica lo que para él es la solución,  pues entonces a tomar el toro por las astas.

La idea es buena.  Realmente lanzarse a la política es una tarea titánica.  Por más que los políticos estén muy desacreditados,  la carrera de la política es extenuante,  casi siempre muy cara y casi nunca exitosa. Hay que tener una cuota de valentía enorme para lanzarse a hacer política,  máxime desde la comodidad de la situación profesional y personal del ahora candidato  por Despertar. Lo que no parece buena es la estrategia y a  la luz de los acontecimientos,  todo indica que está pagando muy cara su osadía.  Hacer política requiere de un gran aprendizaje,  una enorme experiencia.  Ser un gran economista,  muy experimentado y convencido en lo suyo, nada le asegura la lucha por un lugar en la elección  a presidente.

Esta es la cuestión. Un lugar para presidente y en una carrera política que recién comienza,  con solo ocho meses de trayectoria.  Casi inexistente.

No hay dudas que el gobierno sintió que la totalidad de los votos a Espert  iban a ser una merma a su propio caudal electoral y de inmediato  vino toda una operación política para sacarlo de carrera.  Si bien no lograron bajarlo de la competencia electoral,  redujeron sus posibilidades,  cerraron muchos caminos  y le sumaron a los obstáculos naturales que enfrentaba el economista  por tratar de construir un espacio desde la nada misma y en tan poco tiempo,  una serie de trabas que fueron minando las posibilidades de sentar bases ciertas ya no solo con la posibilidad de competir de igual a a igual,  cosa que es lógico pensar que Espert ni siquiera perseguía sino peor aún,  de hacerlo trastabillar hasta la presunta posibilidad de sacar tan pocos votos como para construirle un futuro tortuoso  a sus aspiraciones políticas.

Inexperiencia

No se explica demasiado como alguien que maneja tan bien las variables de la economía no previó que,  en tan poco tiempo no iba a lograr reunir los fondos necesarios como para afrontar una costosísima campaña electoral.  Más aún,  en tan solo unos meses cómo iba a hacer pasa construir una estructura política con aspiraciones presidenciales  sabiendo que  hay nada menos que 24 distritos electorales con sus cargos ejecutivos y legislativos que cubrir y más de dos mil municipios  a los que hay que llegar también con concejales e intendentes y consejeros escolares.  Miles y miles de candidatos que  de un día para otro debía encolumnar  detrás de su candidatura a presidente.  Sin  profundizar demasiado,  sin conocer a fondo el pensamiento sobre estas cuestiones que Espert tenía o tiene,  es fácil concluir que fue una movida demasiado apresurada y ambiciosa que puede llegar a sacarlo de la cancha tras un insignificante logro electoral o al menos dejarlo lo suficientemente herido como para  poner en serio riesgo su futuro en la política.  Había otras opciones. Se podía empezar con la casi seguridad de quedar bien parado en la contienda.

La experiencia Granata, un modelo para llevar a la Nación

Sin dudas,  Amalia Granata dio un batacazo. Obtuvo  unos 280.000 votos  en Santa Fe con boleta corta los que la llevaron a una banca provincial.  Quiere ser gobernadora de su provincia y no solo no lo oculta sino que lo explicita con claridad.  Dio un paso fundacional para sus aspiraciones y nadie puede negar que quizás un día corone su objetivo. 
Era el modelo accesible para un José Luis Espert que,  encabezando una lista de diputados nacionales con boleta corta en CABA o Buenos Aires hubiese tenido grandes posibilidades de llegar a la cámara,  incluso acompañado por otros diputados y por qué no,  algún senador.  Y todos los distritos que hubieran querido sumarse a la propuesta podrían haber dado un fuerte  espaldarazo a su proyecto liberal,  una plataforma de lanzamiento para una candidatura a presidente dentro de cuatro años con la exposición intensa de una banca  nacional bien trabajada,  con la experiencia política adecuada,  con el tiempo de lograr soporte económico para tamaña empresa,  con tiempo suficiente como para ir armando día a día las estructuras legislativas y ejecutivas para  todas y cada una de las provincias y municipios del país. Además,  su propuesta liberal hubiera tenido tiempo de ser claramente explicada en sus intervenciones como legislador,  no hubiera confrontado con el macrismo en esta elección y no hubiera sufrido la serie de “magulladuras”  a las que se expuso inútilmente.

La hora de la verdad está casi a la vuelta de la esquina.  Una PASO sin el 1,5% de los votos lo dejaría incluso fuera de la elección y perdería toda oportunidad de exponer su pensamiento aunque más no sea en campaña.  El tiempo dirá si el error es terminal o le queda tiempo de revancha.

martes, 2 de julio de 2019

Acuerdo Mercosur-UE y la obligación de madurar


Argentina ante la oportunidad de tomar conciencia de la realidad y decidirse a crecer o seguir condenada a continuar perdiendo el futuro



No hay dudas de que el acuerdo que buscaron todos los gobiernos por veinte años y que finalmente se logró concretar en la gestión actual siempre es beneficioso, sean cuales fueren las críticas que desde los distintos intereses particulares se realizan cada vez con más vehemencia.

Los tratados de libre comercio que ya hace muchos años lograron en forma individual Chile o México, por ejemplo, les ha permitido crecer, desarrollarse.  Seguramente nada es simple ni fácil  ni automático. Hará falta una serie de medidas graduales para que  con el devenir de los años se vayan sumando esas ventajas y los logros que ellas faciliten.   Así les sucedió y les sigue sucediendo a nuestros vecinos del continente que, con mucha madurez, se adelantaron a los acontecimientos desprendiéndose de los prejuicios y poniéndose a trabajar en función de los verdaderos intereses nacionales de cada uno.

Para ello debieron llegar a un gran acuerdo nacional en el que primó buscar puntos de contactos y formas de alcanzarlos  que nunca más fueran discutidos. Eso es madurez, adultez como país, de sus dirigentes y de sus ciudadanos. Y está claro que ese es nuestro gran desafío a superar

El gran acuerdo no solo va a necesitar de concordador con las leyes que aseguren  la reforma tributaria, la reforma laboral, la reforma previsional,  la alimentación universal asegurada a los niños menores de tres años, la educación con la inclusión de doble jornada hasta con la alimentación asegurada y la salud integral;  también deberá ser la madurez de aceptar que hay que crecer y madurar en el ámbito empresario, en las formas y rubros de producción. 

El Rey de la Soja, Gustavo Grobocopatel,  ya dijo algo que causó escozor pero que es una realidad que se deberá enfrentar sin anestesia: “Hay que permitir que algunos sectores desaparezcan” dijo para no ser más crudo aún al querer expresar que  habrá que aceptar que hay sectores que son tan ineficientes e improductivos, sin ninguna viabilidad a futuro, tanto que seguramente deberán dejar ser explotados. La cuestión pasa por que los empresarios de esos rubros adviertan sus realidades terminales y decidan reconvertirse en sus modelos de producción o directamente reubicarse en otros rubros para poder seguir adelante,  o no seguir produciendo en lo que no se pueda competir. Ese modelo, lejos de ser perverso, es el que va a ayudar a crecer a todos y cada uno de los que hoy se encuentren estancados y por añadidura a su personal y al país. Para esto no hay dudas de que hará falta crecer, tomar conciencia de la realidad, dejar de buscar la eterna protección de un Estado que ya no puede proteger a nadie más que a los absolutamente marginados y con imposibilidades probadas de poder reincorporarse a la vida activa. Salvo aquellas personas que estos años de decadencia han dejado en la marginalidad más absoluta,  los enfermos, los adultos mayores o los niños hasta la edad pre escolar, los ciudadanos de un país que quiere ser serio y crecer deberán crecer con él, desarrollarse y superarse. De no ser así, van a quedar totalmente fuera de carrera.

La madurez deberá ser integral. Para salir del paraguas protector desflecado que ya no puede proteger con eficiencia a nadie, los empresarios deberán ponerse los pantalones largos y con ellos el sindicalismo, la justicia y la política. Se está frente a una gran oportunidad de “llegar a la secundaria con muchas posibilidades de,  un día, ingresar a la universidad, o quedarse definitivamente repitiendo la primaria.