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Desde el corazón mi homenaje a Eusebio
En ocasión de concurrir a la Plaza Marcilla, me acerqué al monumento que recuerda el gesto singular que tuviera Eusebio con Fangio y Urrutia, hecho digno que pudo ser por esa calidad de hombre que lo destacaba y lo destaca aún mas hoy, ya que un gesto de hidalguía y despojo prácticamente es inexistente en el automovilismo de los últimos tiempos y ni hablar de la vida cotidiana.
Siento la obligación de decir públicamente que Eusebio Marcilla, para mi, en lo personal, me marcó para la vida y el deporte como figura señera. Aún recuerdo esa tarde de marzo del 53 en la que, al regresar del campo con mi padre, mi madre nos comunicó la muerte de Eusebio y comencé sentir una profunda tristeza y se me escaparon las lágrimas, igual que ahora, cuando escribo éste mi modesto homenaje a mi ídolo.
También el mismo año que Eusebio nos dejó yo comencé, con mis incipientes siete años, a competir en el deporte de ruedas, en la ciudad de Mercedes donde hacían furor en aquel entonces unos autitos de carrera a pedales, fabricados por los bicicleteros y algunos otros artesanos, que llegaban a desarrollar 25 km por hora.
Habíamos ido a vivir allí por la actividad de mi padre, los tribunales. Después siguió un poco de motociclismo que fue reemplazado rápidamente por el Karting ni bien apareció en Chacabuco, mi ciudad natal, año 61 y allí también quedó mi historia que me ligó al deporte de ruedas con las mayores satisfacciones que pude haber deseado hasta el 63. Hago mención rápida de mi trayectoria para poder situarme en lo que deseo realmente resaltar, el hecho de haber sido cultor del deporte motor me habilita en muchos aspectos para situar los parámetros a tener en cuenta.
Lo que yo cuento no tiene importancia, pero lo que si la tiene es el hecho de que los que admiramos a Eusebio en vida como persona de bien, a lo que se le sumaba su capacidad deportiva más el estoicismo con que debía soportar la infamia de los muchachos que siempre trataron de opacar e ignorar al "Caballero del Camino" porque la consigna era encumbrar a los” elegidos” (igual sucede en la actualidad pero con otros métodos, mas sofisticados y de corte financiero, con plata de procedencia desconocida)
Debemos ser consecuentes con tamaña figura y debemos conservar presente su personalidad en la opinión pública para que siempre viva y sea un referente válido para los que saben de él y los que no saben lo conozcan, ser congruentes en los dichos y en los homenajes formales, por lo tanto es de esperar que su monumento en la plaza que lleva su nombre sea protegido y respetado en la misma medida que Eusebio Marcilla representó a Junín mucho mas allá de sus limites con la calidad que muy pocos hoy pueden exhibir.
Quiero que sepan que es muy triste ver el monumento de Eusebio y Urrutia que representan un cuadro de entrega y dolor al mismo tiempo. Se encuentra pintarrajeado con aerosoles y rodeado de basuras de esas que se ven habitualmente tirada en las veredas de todo Junín dando una sensación de abandono que de ninguna manera se merece un gran hombre, una ilustre figura, reitero, de las que tenemos muy pocas y debemos cuidarlas como tesoro que son.
Roberto Mario Minervino
1 comentario:
Sres: En estos tiempos donde la honradez, la hombría de bien la dignidad y la grandeza no son mercaderías que se pueden encontrsr en cualquier estantería, pasados los años, se hace más destacada la vigencia de Eusebio Marcilla hombre y deportista.
LOS GRANDES DE VERDAD NO DEJAN DE SERLO NUNCA...SON SIEMPRE....
Héctor J. Sigüenza Cap. Fed.
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