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El inspector Fabián Vizcaíno Gonzáles, jefe de la Policía Distrital de Junín, acompañado por sus máximos colaboradores, capitanes Feleto, Petrone, Pirloni, Arigüel, Álvarez y el teniente Lazarte, dialoga con los dirigentes de la Federación de Sociedades de Fomento de Junín, Miguel Ángel Chami y Miguel ÁngelMorán
Un artículo de
Germán Reichenshammer
La inseguridad dejó de ser una sensación para convertirse en una realidad que está sufriendo la ciudadanía de Junín. Nadie puede negar que éste no es un problema exclusivo de nuestra ciudad. La inseguridad es un problema mundial, aún de los países desarrollados. La policía tiene el deber de cumplir con un rol fundamental en la sociedad y brindar seguridad a los vecinos de un lugar. No es tan maldita, ni tan santa, es una institución compuesta por hombres y mujeres, con aciertos y errores, pero sin dudas es sumamente necesaria.
Durante muchos años, lamentablemente, dicha institución, que fue creada para administrar orden y prevención del delito, se alejó notablemente del camino por el cual debía transitar y se apartó tanto de la sociedad que logró producir una brecha muy importante. De un lado quedó el ciudadano común que intenta vivir en una sociedad civilizada y segura y del otro lado de la brecha quedó la policía, la justicia y la inseguridad.
Con razones justificadas o no, la población ha colocado en un mismo nivel tanto a los delincuentes como a quien debería combatirlos. Esta ruptura entre los vecinos y la institución de la policía fue un proceso de muchos años y muchas circunstancias que sucedieron entre ambos. Por lo tanto, restaurar esta relación y acercar a los policías con la gente va a ser también un proceso.
No podemos pensar que la solución al problema de la inseguridad llegará de la noche a la mañana o en un abrir y cerrar de ojos. Demandará un trabajo en conjunto de toda la ciudadanía, de todas las instituciones y obviamente de la policía propiamente dicha. Ante esta situación, el primer paso que considero que se debería dar es la restauración del vínculo vecino-policía, policía-vecino. Mientras exista esa brecha de distanciamiento entre ambos, jamás va a existir la SEGURIDAD.
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