Una vez publicada la noticia en el blog surgieron de inmediato informaciones confidenciales.
Una alta fuente tribunalicia confirmó a un productor del programa de radio Belgrano de Junín “Buena compañía”, periodístico que conduzco desde hace casi diez años, que la noticia sería “vieja” y por lo tanto no sería noticia según la definición académica del término.
“¡¿Cómo, si fuimos los primeros en saberlo?!” Fue la pregunta-afirmación producto de la sorpresa.
Sí, el primero de los medios… pero ya otros lo sabían, fue la respuesta.
¡¿Quienes?!
El propio Abel Miguel, por ejemplo.
Y pasaron a detallarnos: La fecha de la elevación a Juicio oral y Público se habría fijado unos diez días antes de las elecciones. Una semana antes de los comicios se lo habrían comunicado al procesado quien, por lo visto, lo habría tenido a buen recaudo hasta ahora. Pasada una semana después del acto eleccionario, hoy lunes 5 de noviembre, le fue notificada al denunciante y luego todo fue público.
La pregunta del millón: ¿Por qué la justicia podría haber notificado sólo al Ing. Miguel sobre la fecha de realización del juicio? ¿Por qué diez días después al demandante? ¿Por qué tanto misterio? Si fuera Bill Clinton seguramente diría... ¡Son las elecciones, estúpido!
En fin, todo sea por el final de este cuento del tío inacabable que esperemos, un día sea justo de verdad.
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