jueves, 17 de agosto de 2017

Si quieren elegir candidatos a dedo terminen con la parodia y el gasto de las PASO

Las PASO fue un invento de la ex presidenta para obligar a todos los ciudadanos a participar en las internas de los partidos políticos. La excusa fue democratizar la elección de candidatos y evitar las postulaciones a dedo en los partidos;  la realidad fue politizar la opinión pública en forma masiva y aprovechar el empuje populista de entonces.

Gracias a este invento el  Estado, es decir todos los ciudadanos,  tiene que hacerse cargo de los enormes gastos que significa una elección en la que sólo se deberían elegir los candidatos de aquellos partidos que tienen en sus filas más de una posible lista para las elecciones generales. Es decir, los argentinos en  general debemos pagar las aspiraciones políticas de algunos. Está claro que peronistas y en algunos distritos los radicales, serían los únicos que necesitarían internas. Los demás partidos apenas si pueden llegar a juntar los candidatos para armar una lista, en muchas ocasiones, incompleta.

En este 2017, año de elecciones de medio término, Cristina,  la inventora de las PASO, “para evitar que los candidatos sean elegidos a dedo” tal como fue su argumento a la hora del invento,  decidió que el Kirchnerismo tendrá una sola lista.  Tal como siempre, el relato cristinista vuelve a mostrar su costado más rancio;  Cristina se autoelige a dedo, quiere impedir una interna con Randazzo;  es decir,  se cumple con la ley de las PASO pero sin listas que compitan. No es la única.  Macri tampoco quiere internas. Lista única. Los demás partidos no las necesitan;  en la mayoría de los casos apenas pueden completar una lista o llegar con lo justo a una lista incompleta.


Ante estas realidades hay una salida rápida, práctica y efectiva: Dar por terminada esta parodia de internas obligatorias con una ley que elimine las PASO,  los gastos enormes que ellas suponen y terminar con la obligación de todos los ciudadanos de participar en la interna de partidos a los que ni se les ocurre arrimarse en la mayoría de los casos. Finalmente, además de tantos beneficios,  se cumple con el deseo de la clase dirigente vernácula:  podrán elegir a dedo  a los candidatos, tal como les gusta y sin parodia previa.  

No hay comentarios: