lunes, 7 de julio de 2008

TRANSPORTE "TRUCHO"

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Parece raro que la gran cantidad de vehículos afectados al transporte de pasajeros sin habilitar pudiera haberse concretado sin connivencia.
La fuerte acción de Inspección General, de la mano de Miguel Ángel Chami, pone al descubierto una masiva ilegalidad en la materia.
Uno u otro: Transporte legal o inseguro
En la Argentina, “trucho” es sinónimo de “avivado”, rápido, lúcido, despierto, “picarón” y algunas otras palabras más que se le pueden ocurrir y que van a quedar muy bien. Lo cierto es que no pareciera ser para nosotros lo que significa para cualquier otro país: “Trucho” es ilegal en cualquier otro lugar del mundo, con las connotaciones que eso implica.

Ilegal no sólo es una violación a la ley en sí misma, sino que, en el caso del transporte de personas, tiene un agregado muy importante; riesgoso. Un vehículo que transporta personas sin todas las exigencias de la ley, por empezar no podría circular, pero además, NO DA NINGUNA GARANTÍA A SUS PASAJEROS. Esto no parece ser tenido en cuenta por nadie. No lo valoran (pese al enorme riesgo que afrontan) los dueños de las unidades, los pasajeros que pagan por un servicio ilegal lo mismo que si fuera legal y lo que es peor, por las propias autoridades. Si no fuera así, no habría tantos trabajando tan impunemente. En el caso de estas últimas, en su desprolijidad, ayudan a poner en riego a las personas que debieran proteger.

La semana pasada, varios operativos de control de tránsito llevados a cabo por la dirección de Inspección General de la Municipalidad de Junín dieron como resultado una enorme cantidad de secuestros de taxis y combis "truchos" con pasajeros arriba. Fueron tantos que no sabían donde poner las unidades retenidas. Pararon de accionar simplemente por eso, aún cuando sospechan que hay todavía muchas unidades más en las mismas condiciones. Lo insólito es que, los más enojados, en muchos casos, fueron los propios pasajeros transportados. Ellos pagaban pasajes al valor de vehículos legales pero nunca se preocuparon por averiguar nada… es más, seguramente sabían o sospechaban de la ilegalidad. Pero se revelaban a los operativos de control. Por una forma de ser “nacional” para llamarlo de alguna manera. Querían llegar al Bingo de Pergamino… no importaba cómo. No se les ocurrió pensar que eran estafados por el transportista, que los llevaba sin protección, ilegalmente. Estaban indignados por el operativo de control… que los protegía.

Lo otro llamativo es la cantidad de vehículos que operan en esas condiciones y desde hace mucho tiempo. No hay dudas que lo hacían con la connivencia de las autoridades de control. Está claro que, cuando se quiso poner límite, se pudo. Sin problemas. ¿Por qué antes no? Porque se miró para otro lado, seguramente. Es posible que por amiguismo o por negocio, nadie controló nunca a fondo esta ilegalidad. Se hizo uso y costumbre. Pareció normal. Es más, hay un rumor, que no fue confirmado ni negado por las fuentes consultadas, que contarían con, por lo menos, el guiño de alguna parte de Policía Federal y Policía de Seguridad Vial. Desde las dos dependencias habrían intentado disuadir a los inspectores de tránsito de la actitud de control. Habrían sido secamente rechazados. Y debe ser cierto, si no, no se explica por qué los vehículos son tantos y operaban con total tranquilidad en las rutas aledañas a Junín.

El camino emprendido es correcto. La decisión política tomada, firme. La ejecutividad de Miguel Chami y su gente, demostrada. Lo que no se debe es abandonar el rumbo. No se puede detener la acción en el tiempo. Está claro que lo que nos falta es constancia, porque cuando nos ponemos a actuar, sabemos hacerlo. Todo es una cuestión de actitud. Argentinos a las cosas. Un orden diferente es posible. Vayamos hacia él.

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