domingo, 20 de julio de 2008

COBOS: La otra visión

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Cobos, el hombre que luchó un día.

Hay hombres que luchan un día y son buenos. Como el Vicepresidente Julio Cobos, ese hombrecito de traje prolijo y característico arrastre moderado de ocultamiento fonético cuyano. Pobre. Le tocó decidir entre ricos y pobres.

La intrincada trama de intereses históricos de los sectores poderosos queda legitimada sin más análisis que el último acontecimiento. Ese republicanismo rubio de ojos celestes con apropiación de símbolos patrios y recitados de himno nacional o preámbulo queda bien legitimado en ese hombre de voz quebrada e insipiente sudor restregado ente manos y rostro que pidió que la historia lo juzgue y sin más decidió fallar a favor de los ricos.

La historia no juzga. Los hombres lo hacen y a veces tardan décadas, y a veces nunca juzgan y a veces, solo a veces encuentran que es culpable. Julio Cobos no quedará en la historia. Pequeños párrafos son dedicados a los cobardes en la bibliografía seria.

La inmediata historia mediática lo pondrá en púlpitos de bronce como coherente hombre de un republicanismo puro y limpio de la burguesía patricia y sin lugar para el olor a pobres. La inmediata historia mediática lo tendrá elevado cual si fuera la desembarcada vedette que acaricia el caño de brillos y luces con su desnudez por un pan más.

La traición es uno de los comportamientos usuales en el ser humano. Tan usual que se puede prever y no sorprende. Ese hombre de ojos inseguros y voz medida es de los que a la hora donde la historia llama, no estará dispuesto a atender la puerta. La cobardía será siempre más fuerte.

Los traidores también son funcionales. Siempre. Nadie consigue verdadera felicidad y amor si es un traidor cobarde. Porque la traición juega, aún en contra de las convicciones personales, esas que a algunas personas como Julio Cobos, su propia cobardía no lo dejará nunca mostrar.

En la vereda de enfrente de los cobardes y los traidores siempre estuvieron y estamos los hombres y mujeres que no pertenecemos a esa burguesía patricia, ni a ese hermoso y rozagante republicanismo. Los que podemos conjugar el amor al pueblo con palabrotas, exabruptos y olor a guiso sin ningún problema. Porque al final los hombres y mujeres que quedan en la historia son esos que luchan toda la vida, esos que como dijo Bertolt Brecht “son imprescindibles”

Gustavo Romans
DNI 20914406
Junín Bs As
Nota de autor: El firmante desarrolla la tarea de prensa para Militancia Social Junín,
monobloque del concejal Gustavo Traverso, Frente Para La Victoria.
No obstante, el presente comentario es estrictamente personal.

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