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Una imagen repetida. El ex intendente Abel Paulino Miguel, procesado y elevado a juicio oral y público en dos causas, tratando de rebatir con palabras la rotundas pruebas que en el expediente no pudo desacreditar. Como siempre, con la mirada perdida, jamás mirando a la cara ni a la cámara. ¿Tic? ¿Casualidad? ¿insuficiencia?
Foto Aldo López

Luis Chami, uno de los hombres claves en la lucha contra la corrupción de la adminsitración Miguel, reflecciona sobre la increíble realidad de otro procesado que asume función pública.

¿Qué te pasa Justicia?

En estas horas, como corolario de esa fiesta cívica que son las elecciones, se produce el relevo de autoridades nacionales, provinciales y comunales.

Los que saben de leyes insisten en explicarme temas como la “presunción de inocencia y tecnicismos por el estilo, pero yo insisto en anteponer principios como la ÉTICA y la creciente necesidad de terminar de una buena vez por todas con la IMPUNIDAD DEL PODER, principios tales que deberían estar por sobre otros derechos que, por cierto, resultan innegables.

Nuestros padres surcaron en nuestras mentes principios o frases (los que ya superamos los 40) tales como: “si te pasa algo en la calle, llamá un policía, él te va a ayudar”, “los ladrones le tienen miedo a la policía”, “el que roba va a la cárcel”,” el banco es el lugar más seguro para guardar la plata”, “si sos honesto te va a ir bien en la vida”, “juez no es cualquiera, primero tiene que demostrar su honestidad y que es el mejor en lo suyo”…
Por eso me cuesta tanto comprender cómo un ciudadano que está acusado y procesado judicialmente por la comisión de delitos directamente relacionados con el ejercicio de la función pública, como es el caso de Abel Miguel, puede ser autorizado a presentarse a elecciones y que sus procesos no sean obstáculos para que asuma en sus nuevas funciones; me cuesta entender cómo habiendo llegado tan lejos no le quede un pequeñísimo resabio de ética.

Es institucionalmente grave, es cierto, pero no menos grave es la desfachatez con que sujetos como éste expresan su pensamiento único y en esa convicción salen y vociferan públicamente que quienes lo denunciamos somos “mentirosos”. Claro, en este país, en definitiva, terminan siendo asesinos los que nunca mataron, ladrones los que nunca robaron y los mentirosos los que siempre dijeron la verdad. ¡Parece el reino del revés!

Hace seis años denuncié ante la justicia local que el intendente estaba empleando de manera incorrecta los fondos percibidos por Tasa de Seguridad, que por cierto es la plata de la gente que mansa y confiadamente aportó mes a mes y que cuyo monto es de 4.509.000 dólares. Con ese dinero, en su momento, se podrían haber comprado 400 patrulleros. No fue una denuncia vaga, al contrario, la respaldé con las pruebas correspondientes ¿Cómo puede ser que se me haya ocurrido denunciar a tan probo y honesto funcionario?

A partir de allí, según sus propias declaraciones hechas a los medios de comunicación, lo mío pasó a ser una de las tantas “mentiras y calumnias” con las que caprichosamente se le acusa. Sólo en mi caso, en muy poco tiempo, los investigadores llegaron a probarle 114 hechos de malversación de caudales públicos, todo constatado por peritos locales, de la Procuración y la Suprema Corte De Justicia.

Así el ex intendente y hoy diputado electo, como también buena parte de su séquito, fueron procesados por la justicia y quedaron a la espera de juicio, espera que ya lleva varios años y uno no acierta a saber por qué, ya que otros hechos cometidos con muchas posterioridad han sido llevados a juicio mucho tiempo antes.

Una vez electo como nuevo funcionario provincial los tiempos parecen haberse acelerado ¿Casualidad? ¿Coincidencia? ¿Causalidad? ¿Cuál será el dictamen de la justicia? ¿Por qué no fue juzgado antes? Ahora que ya es diputado electo… ¿encontrarán algún tecnicismo por donde logre escabullirse una vez más? Porque, francamente, a muchos juninenses nos resulta imposible borrar de nuestra memoria que habiendo sido condenado a devolver el millón de dólares que se robaron funcionarios de su gestión, la acción prescribió porque una abogada empleada de su gestión, omitió casualmente impulsar los resortes que hubieran permitido que la condena impuesta se hiciera efectiva .

Nos quieren imponer que todo vale, que no hay ninguna diferencia entre el bien y el mal, entre lo verdadero y lo falso, entre lo bello y lo feo. Hoy quieren hacernos creer que no hay diferencias de valor y de mérito, que la víctima cuenta menos que el delincuente, como si la sociedad fuera siempre culpable y el delincuente siempre inocente y que no puede existir ninguna jerarquía de valores. Hoy el slogan parece ser: “vivir sin obligaciones y negociar sin trabas”.

El cuestionamiento de todas las referencias éticas y de todos los valores morales ha contribuido a debilitar a nuestra sociedad preparando el terreno para un capitalismo sin escrúpulos y sin ética. El triunfo del depredador sobre el emprendedor, del especulador sobre el trabajador. Y no son pocos los que han degradado el nivel moral de la política.

En síntesis, los números no mienten pero los mentirosos si. Hay una circunstancia que a esta altura resulta indiscutible y es que la gestión del ex intendente permitió el uso de fondos reservados a la seguridad, para distraerlos en otros fines que, por supuesto, nada tenían que ver con una emergencia. Esto no es ninguna mentira ya que nadie termina procesado penalmente y es llevado a juicio por una denuncia antojadiza. Es que no se pudieron encontrar argumentos que permitieran quitarle sustento y credibilidad a aquella denuncia.

Lo definitivamente cierto es que tales desvíos de fondos impidieron que ese dinero se invirtiera en seguridad para incrementar la prevención y evitar hechos graves como los que hemos padecido los juninenses.
Si denunciar tales actos es considerado por usted y los de su clase una “mentira”… bien, ¡esté seguro entonces que habré de seguir mintiendo!
A los Señores Jueces les pido por favor que estén a la altura de las circunstancias,
“SI ASI NO LO HICIEREN QUE DIOS Y LA PATRIA LOS DEMANDE”.
Luis Chami
DNI 16.980.767