La globalización no es algo que uno puede querer o no. Está. Es como la lluvia, el frío, el sol. Negarla es negarse a vivir la realidad. Este concepto moderno, la "aldea global", es el resultado del incesante avance tecnológico que lleva a los pueblos a interactuar casi como si las distancias no existieran. Es bueno, porque permite una integración inmediata, interacción. Casi como si no existieran fronteras. Es malo porque en esa competencia, casi sin barreras, los grandes, como en la selva, fagocitan a los chicos. Es muy malo, porque hay una gran cantidad de personas en el mundo que quedan al margen. Es muy bueno, porque genera inmejorables oportunidades. Como todo en la vida, ES y como tal hay que vivirlo.
La oportunidad de las regiones
Muchas veces los países tienen algunos inconvenientes geopolíticos o simplemente ideológicos que los distancian. Eso no le pasa a las regiones. Como no son un país, no tienen inconvenientes de este tipo. No tienen embajadores, misiones diplomáticas o comerciales. No tienen protocolo ni se atan a organizaciones supra nacionales. Tienen telefonía satelital, Internet, Intranet, aeropuertos, puertos de mar o de río y mucha potencialidad. ¿Y por qué regiones y no ciudades? Simplemente porque el intercambio comercial debe ser de un volumen al que jamás podrá llegar seriamente una plaza en soledad.
El municipio como herramienta de impulsión
La burocracia nacional o provincial ha dejado inconclusos muchísimos proyectos de gran potencialidad. Mucha gente, muchos trámites, mucho gasto... pocos resultados. Los municipios tienen, por ser más reducidos y al estar al pie de la tarea, las mejores oportunidades. Pero tienen que entender y practicar el ABC: Estimular, trabajar, facilitar. Como dice Toni Puig, es mucho más importante movilizar que gestionar, más aún si se opera sobre centros reducidos, cercanos, eficientes, comprometidos. Grupos medianos o pequeños, interactuando, pueden forjar un centro de producción apto para ser reconocido por otras regiones similares, del país o el exterior, para efectuar un fuerte intercambio comercial. De país a país es muy difícil. De región a país, es imposible. Además es mucho más fácil lograr un plano de igualdad entre regiones que entre países y así es mucho menos complicado.
La UNNOBA, el Industrial, la "Técnica 2" y las escuelas agronómicas La universidad es la mejor herramienta para planificar y ejecutar el desarrollo. La UNNOBA, con sus variadas carreras de grado, da el ejemplo de integración regional que hay que seguir. En ella tienen lugar las tecnicaturas al alcance de todos los ciudadanos que quieran progresar, más allá de la capacitación académica que hubieran alcanzado. Desarrollo territorial, investigación y cátedras libres avanzan sobre la ciudad y la región otorgando posibilidades. La universidad se ha "bajado del pedestal" y se ha puesto al alcance de la gente. El "industrial" genera, promoción tras promoción, mano de obra calificada a la vez que prepara a los jóvenes que desean completar su formación en el ámbito universitario. La "Técnica 2" forma manualistas y especialistas en informática con gran mercado de inserción en el presente y el futuro. Junín, enclavada en una zona tan rica como la pampa húmeda, debiera privilegiar la formación agronómica. La capacitación agrotécnica cobra una dimensión que no pareciera ser detectada en su verdadera trascendencia. Deberá ponerse mucho énfasis en mejorar la oferta educativa en la materia.
En Junín se ve una luz en el fondo del camino Después de frustrantes veinte años de ostracismo, cuando la ciudad fue pensada como un gran escritorio burocrático de administración pública, rodeada de grandes extensiones productivas en manos de latifundistas, algo ha cambiado. Una muy fuerte acción en promoción utilizando ferias, muestras, ruedas de negocios, convenciones, programas regionales del país y del mundo; intercambio de misiones comerciales y la participación activa en fueros internacionales de seguridad, turismo y comercio le dieron a Junín un protagonismo real que marca un nuevo rumbo. La formación de emprendimientos concretos en materia textil, apícola, porcinos, chacinados, no ya como meros enunciados de propaganda política sino como hechos palpables, comprobables; la muy fuerte tarea en materia de recuperación y cuidado de la fauna ictícola desde la siembra de alevinos y juveniles, pasando por una férrea tarea de control de pesca furtiva -aún cuando los medios son escasos y los depredadores siempre encuentran las fisuras- hasta el comienzo de la construcción de la estación hidrobiológica de cría en la Laguna de Gómez, son algunos de los hechos comprobables que pretenden reposicionar a Junín frente al país y al mundo desde sus más ancestrales raíces productivas. Y lo estratégico: Polo tecnológico, servicio propio de trasmisión de datos, Internet en banda ancha y telefonía por fibra óptica con tecnología tres veces superior a lo hasta ahora conocido en el país, en plena etapa de prueba; desarrollo de la planta de biodiésel en una zona agropecuaria en dónde la ecuación comercial es altamente favorable; laboratorio de certificación de calidad de biodiésel, el primero del país; parque industrial con las ventajas provinciales y municipales para permitir el desarrollo de las empresas locales más pujantes mientras se abren las puertas a quienes quieran invertir en la ciudad, marcan un claro derrotero. Esto es otra cosa.
El Autódromo
Nadie duda de la importancia trascendente de Expoagro. Una gran producción que trajo mucho dinero cantante y sonante -más de diez millones, dicen- pero que a su vez regaló a la ciudad un servicio imposible de cuantificar. Muchas horas de televisión, de radio y miles de páginas por el país y en el mundo significaron una publicidad superlativa e invalorable. El autódromo será, en mucho menor medida, del mismo tenor PERO VARIAS VECES POR AÑO, TODOS LOS AÑOS. La obra del autódromo Eusebio Marcilla ya ha generado una revolución inmobiliaria en revalorización, ventas y construcción en toda la zona circundante. Y parece no tener techo.
Lo que falta
Una ciudad pujante, que gestiona y moviliza en gran escala no puede tener un aeródromo debilitado, decaído. Debe poner esfuerzo propio ( y recursos) para mantenerlo vivo y atractivo mientras gestiona para que los que tienen que hacerse cargo lo hagan y lo conviertan en la aeroestación tan codiciada.
La Ruta Nacional Número Siete, ahora recuperada como bioceánica, DEBE SER AUTOPISTA DE CUATRO MANOS CUESTE LO QUE CUESTE. Una ciudad que piensa en el futuro debe estar totalmente conectada. También es estratégico trabajar sin desmayos para lograr la autopista a Rosario.
El ferrocarril deberá volver a ser una vía más de comunicación y no de exclusión y marginamiento.
Las cargas y miles de personas de todo el corredor lo reclaman airadamente. El ferrocarril fue la herramienta que dio valor, sentido y crecimiento a nuestros pueblos. Hoy es la principal fuente de transporte en el mundo desarrollado. Entonces, por pasado, presente y futuro, debe ser una prioridad para la clase dirigente.
El fenomenal Plan Maestro en hidráulica debe terminar su ejecución. el futuro de la producción de toda la región así lo exige.
Por todo eso lo de la regionalización. No alcanza el esfuerzo individual. Debe ser la comunión de intereses regionales lo que de entidad y envergadura al reclamo y la gestión.
El Karma
Una ciudad que quiera crecer en el tiempo no puede estar partida al medio. Junín tiene sesenta hectáreas olvidadas a su suerte en su centro geográfico y social. Al oeste de ese verdadero nido de ratas y alimañas, lecho de perros vagabundos y chatarra inútil totalmente abandonada, en este verdadero "valle tras la vía", casi la mitad de la población va quedando lentamente marginada. Un gigantesco monumento a la desidia frena la integración y constituye a medio pueblo en un peligroso lastre para el progreso de su gente y la ciudad toda. La integración es urgente. Sesenta hectáreas dan lugar a negocios inmobiliarios, parquización, espacios culturales, de esparcimiento y paseos. Ni hablar de un gran centro múltiple para convenciones. La ciudad crece en infraestructura hotelera, área de permanente inversión en estos tiempos y durante el año tiene oferta abundante para captar reuniones de todo tenor, jerarquía y dimensiones. Y al decir sesenta hectáreas quedan las seis que hoy utiliza la Cooperativa Ferroviaria Talleres Junín que podría desarrollarse mucho más en un ámbito de trabajo, rodeada de progreso y no de abandono como hoy. Hay mucho hecho últimamente. Es mucho más lo que resta por hacer. Da toda la sensación de que Junín está en el camino del progreso. A transitarlo con decisión, sin egoísmos, sea quien fuere el reciba el mandato de su gente.
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