Mientras Meoni sigue construyendo poder puertas afuera, algunos de los suyos rifan liderazgo
El concejal Andrés Rosa denunció amenazas por parte del director de seguridad, Aldo Vera. Un escándalo que está en manos de la justicia, la que tendrá muchas dificultades para llegar a la verdad. Todos conocen el temperamento belicoso del director pero nunca uno puede suponer que se puede llegar tan lejos.
Todo había comenzado mucho tiempo atrás. Rosa denunció fuerte incremento del delito. Una verdad a medias. Hubo un alza porcentual significativa pero desde un número muy bajo. El discurso es más político que real.
Tiempo después, el propio concejal, ahora devenido en candidato a intendente por el Frente para la Victoria, lanzó una grave acusación: “Los únicos boliches que no fueron clausurados son los que tienen relación con el municipio”. ¿Qué quiso decir? ¿Connivencia del gobierno comunal? Lo peor es que las clausuras vienen de parte de la justicia. El municipio no tuvo nada que ver en las sanciones y eso Rosa la sabía perfectamente. Pero estamos en campaña. Muchos creen que está todo permitido.
Un hermano de Vera es dueño de un boliche no clausurado. ¿Habrá perdido los estribos el director de seguridad por una acusación a todas luces infundada?
Vera acepta la charla con Rosa pero niega terminantemente la agresión. Pega la denuncia de amenazas con las apreciaciones claramente políticas sobre la nocturnidad. Rosa dice que fue amenazado, insultado y que reconoció la voz de Aldo Vera del otro lado del teléfono que, además, está a cargo del director de seguridad.
De no mediar alguna grabación ilegal de la comunicación, la justicia se quedará siempre con la duda sobre qué se dijo en esa llamada de la que sólo hay datos sobre los teléfonos que la sostuvieron, la hora a la que se realizó y su duración. Nunca se sabrá la verdad del contenido.
En medio de esta polémica, en tapa del diario La verdad, el mismo día de la difusión masiva de la denuncia de Rosa, aparecieron conceptos de Emilio Ballesteros, jefe de la Oficina de Prevención Comunitaria. Un área que depende directamente de la Secretaría General y del propio director de seguridad envuelto en la polémica. Sorpresivamente, las palabras de Ballesteros son coincidentes en un todo con las aseveraciones del concejal Rosa, uno de los más firmes opositores, ya plenamente en campaña. Hasta en los términos de su redacción. Y salen justamente de uno de los funcionarios encargados de la seguridad. Un error político digno del menos informado de los principiantes.
Los que conocen las internas palaciegas dicen que Ballesteros aspira acceder al cargo de Vera. Un ex funcionario que pidió no ser identificado dijo no tener dudas sobre que la “letra” a Rosa sobre seguridad salió de adentro mismo del municipio y aseguró que está probado que es Ballesteros el informante: “le pasó datos Rosa y a Giapor” haciendo referencia al nuevo presidente del Foro Vecinal de Seguridad número uno. Lapidario.
Lo peor es que las palabras de quien debiera ser el más informado sobre seguridad salen a la luz justo en el mes en que las estadísticas delictuales vuelven a bajar al extremo que en veintiséis días del mes de junio se llevan denunciados sólo treinta y seis delitos, poco más de uno por día, número al que se llega luego que las críticas masivas y la participación comunitaria hicieran reaccionar a la fuerza policial algo aburguesada unos meses a esta parte. Nuevo cruce, esta vez entre Vera y Ballesteros. Nuevas acusaciones y descalificaciones. Estamos en campaña y algunos parecen no darse cuenta… ¿O sí?
El Intendente Meoni ha probado su permanente actitud “antisísmica” Nunca reacciona sobre el calor de los acontecimientos. Puede que, ya muy cerca del final de su mandato, deje todo igual hasta entonces. Si la ciudadanía lo reelige, puede empezar de nuevo con un gabinete totalmente remozado. Y sólo será por “vida nueva”.
Todo había comenzado mucho tiempo atrás. Rosa denunció fuerte incremento del delito. Una verdad a medias. Hubo un alza porcentual significativa pero desde un número muy bajo. El discurso es más político que real.
Tiempo después, el propio concejal, ahora devenido en candidato a intendente por el Frente para la Victoria, lanzó una grave acusación: “Los únicos boliches que no fueron clausurados son los que tienen relación con el municipio”. ¿Qué quiso decir? ¿Connivencia del gobierno comunal? Lo peor es que las clausuras vienen de parte de la justicia. El municipio no tuvo nada que ver en las sanciones y eso Rosa la sabía perfectamente. Pero estamos en campaña. Muchos creen que está todo permitido.
Un hermano de Vera es dueño de un boliche no clausurado. ¿Habrá perdido los estribos el director de seguridad por una acusación a todas luces infundada?
Vera acepta la charla con Rosa pero niega terminantemente la agresión. Pega la denuncia de amenazas con las apreciaciones claramente políticas sobre la nocturnidad. Rosa dice que fue amenazado, insultado y que reconoció la voz de Aldo Vera del otro lado del teléfono que, además, está a cargo del director de seguridad.
De no mediar alguna grabación ilegal de la comunicación, la justicia se quedará siempre con la duda sobre qué se dijo en esa llamada de la que sólo hay datos sobre los teléfonos que la sostuvieron, la hora a la que se realizó y su duración. Nunca se sabrá la verdad del contenido.
En medio de esta polémica, en tapa del diario La verdad, el mismo día de la difusión masiva de la denuncia de Rosa, aparecieron conceptos de Emilio Ballesteros, jefe de la Oficina de Prevención Comunitaria. Un área que depende directamente de la Secretaría General y del propio director de seguridad envuelto en la polémica. Sorpresivamente, las palabras de Ballesteros son coincidentes en un todo con las aseveraciones del concejal Rosa, uno de los más firmes opositores, ya plenamente en campaña. Hasta en los términos de su redacción. Y salen justamente de uno de los funcionarios encargados de la seguridad. Un error político digno del menos informado de los principiantes.
Los que conocen las internas palaciegas dicen que Ballesteros aspira acceder al cargo de Vera. Un ex funcionario que pidió no ser identificado dijo no tener dudas sobre que la “letra” a Rosa sobre seguridad salió de adentro mismo del municipio y aseguró que está probado que es Ballesteros el informante: “le pasó datos Rosa y a Giapor” haciendo referencia al nuevo presidente del Foro Vecinal de Seguridad número uno. Lapidario.
Lo peor es que las palabras de quien debiera ser el más informado sobre seguridad salen a la luz justo en el mes en que las estadísticas delictuales vuelven a bajar al extremo que en veintiséis días del mes de junio se llevan denunciados sólo treinta y seis delitos, poco más de uno por día, número al que se llega luego que las críticas masivas y la participación comunitaria hicieran reaccionar a la fuerza policial algo aburguesada unos meses a esta parte. Nuevo cruce, esta vez entre Vera y Ballesteros. Nuevas acusaciones y descalificaciones. Estamos en campaña y algunos parecen no darse cuenta… ¿O sí?
El Intendente Meoni ha probado su permanente actitud “antisísmica” Nunca reacciona sobre el calor de los acontecimientos. Puede que, ya muy cerca del final de su mandato, deje todo igual hasta entonces. Si la ciudadanía lo reelige, puede empezar de nuevo con un gabinete totalmente remozado. Y sólo será por “vida nueva”.